Tras haberse presentado el Presupuesto del año próximo, Fausto Spotorno, economista jefe de Orlando Ferreres y Asociados, analizó si es posible o no que el año próximo caigan los subsidios al sector energético y aumenten nuevamente las tarifas. Además, aclaró que el grueso de las compensaciones se destinan a empresas estatales en crisis.

Esta semana trascendió que, según los números del Presupuesto Nacional para el 2010, podría haber una reducción de los subsidios energéticos. ¿Esto es así? ¿Hay caja como para hacerlo?

En realidad, no es que haya menos subsidios, sino que cuando se reduce un subsidio aumenta otro dentro del presupuesto. Me refiero a que, por ejemplo, se nota claramente que las empresas públicas son cada vez más deficitarias, y la mayor carga de subsidios va justamente para cubrir a empresas estatales en crisis.

Para que se den una idea, en el primer semestre del 2008, los subsidios a empresas públicas ascendieron a $5.000 millones, mientras que en los primeros seis meses de 2009, la cifra se elevó $7.000 millones.

Entonces, lo de los aumentos de tarifas de gas y luz por la descompresión de subsidios sería sólo una suposición…

Es que nuevos aumentos no debería haber cuando todavía están pospuestos los viejos aumentos, los del 2008. Lo que sí podría darse son pequeñas subas para aquellos sectores que hoy no están alcanzados por los incrementos actuales, pero son sólo suposiciones. En ningún punto el presupuesto dice que en 2010 va a haber nuevos aumentos de tarifas.

Ahora, cuando habla de empresas públicas, ¿se refiere concretamente a Aerolíneas?

A Aerolíneas y AySA. El Gobierno va a necesitar, según el presupuesto del próximo ejercicio, redireccionar subsidios a esas compañías. Darles prioridad para que puedan seguir funcionando.

Concretamente, el titular de Aerolíneas Argentinas señaló esta semana que la compañía seguirá dando pérdida por lo menos por cinco años más. ¿Qué habría que hacer con una empresa de ese tipo?

Una posibilidad es el modelo Lan de Chile, una gestión que demostró que se puede lograr calidad y buena prestación. La otra alternativa, que yo creo más posible, es la del estilo Swiss Air, un modelo público quebrado a partir del que nació una nueva compañía con inversión del sector público. Pero habrá que ver qué decide hacer este Gobierno.

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