Por Leandro Renou

Hace instantes, en conferencia de prensa desde Casa de Gobierno, la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, anunció que las empresas de telecomunicaciones no van a formar parte del nuevo proyecto de Radiodifusión oficial.

Según explicó la mandataria, la decisión de "eliminar la posibilidad de que las telefónicas puedan participar de este ámbito" pretende "desterrar uno de los principales escollos y las excusas que le pueden haber servido a otros para no poder tratar la ley".

Lo cierto es que, mediante esta inteligente y políticamente oportuna movida, el Gobierno logra contener los votos de sectores aliados en Diputados (sobre todo los partidos de centro izquierda y los ex Aristas), que habían manifestado un profundo descontento con el ingreso de las telcos y que, por esta razón, no descartaban votar en contra de la iniciativa del kirchnerismo.

Justamente, para mañana el diputado Claudio Lozano había llamado a una manifestación de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) para expresar su voluntad de no tapar un multimedio con otro.

En este marco, la presidenta confió en que, superado este escollo, el Congreso se moverá de manera más ágil, pudiendo la ley ver la luz antes del recambio de bancas en la Cámara Baja, hacia fines de año.

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