Esteban Lieberman, coordinador del posgrado de Logística de la UBA, se refirió a un reciente trabajo de alumnos que analiza, entre otros puntos, el impacto energético que los vehículos eléctricos tendrían en nuestro país. Además, señala que el desafío a futuro es la vida útil de las baterías de ión litio.

En pocas palabras, ¿cómo funciona un auto eléctrico?

Funciona con energía eléctrica, a pilas. Imagínense un auto de juguete a pilas, pero en tamaño real. El motor, en vez de ser a combustión interna, es un motor eléctrico y, por supuesto, como todo motor eléctrico, tiene que funcionar con energía eléctrica que es almacenada en baterías. Estas baterías hay que cargarlas: de la misma manera que usted enchufa una cafetera, enchufa el auto. Ése es el principio.

¿Cuáles serían las ventajas y las desventajas que tendría este sistema?

Para clarificar, como grandes ventajas tenemos que no contamina. Por otro lado, es mucho más económico: estaríamos pagando un 20% menos por kilómetro que lo que se paga utilizando combustible a los precios actuales. Eso se debe a que el costo de generación del kilowatt (kW) es mucho más barato. No estamos hablando de que haya una distorsión macroeconómica en el valor del kW en la Argentina, sino que cuando empezamos a ver los costos de esta unidad con otros países, se observan costos parecidos. Aunque tomemos como referencia el costo más caro del mundo en generación del kW, que es Japón, seguiríamos teniendo un ahorro importante.

En cuanto al factor del impacto ambiental, ¿qué pasa con la batería cuando entra al desuso?

Esto entraría entre las desventajas. Creo que tenemos que tratar estas baterías, y hablamos de las de se utilizan en los celulares (ION-LITIO), no las de los autos convencionales.

Lo bueno de esto es que, comparado con la contaminación que generan los autos convencionales, tiene muchas ventajas dentro de las desventajas.

Se puede hacer de tal manera que terminemos teniendo un mejor nivel de vida. El Estado tiene que regular y hacer un montón de trabajos previos para que esto sea funcional.

Otro tema, en cuanto a desventajas, es que la autonomía del auto eléctrico es más limitada que la del convencional. La carga actualmente es lo que está limitando a que esto sea masivo. En el auto convencional se logra una autonomía de 500 kilómetros, y con el eléctrico se logra una de 300 kilómetros. Sin embargo, si uno lo compara con el GNC, es una alternativa que tiene muchas chances.

Un auto que funciona a nafta tiene una determinada eficiencia. Ahora, el mismo combustible en una generadora que produce energía, ¿tiene menos eficiencia o igual?

Si hago una combustión interna directa, tengo un nivel de eficiencia. Ahora, si estoy usando gasoil, por ejemplo, tengo también un rendimiento malo, pero lo transforma en energía, aunque a su vez esto tenga una pérdida de transmisión y cuando lo estás usando.

En general, los motores de combustión interna tienen rendimientos que pueden ser del 40 o 50 por ciento, como una barbaridad, versus un motor eléctrico del 99. El tema es que, para producir esta energía, vos no usas nafta o gasoil, usas fueloil o gas. Obviamente, si utilizas energía termoeléctrica para la generación, con ciclos combinados, mucho no le vemos el sentido.

Por eso, en este trabajo, lo que apuntamos es a utilizar energías renovables o con un nivel de eficiencia mayor. En ese sentido, lo que la Argentina le conviene, por las características naturales, es la energía eólica. Es inentendible que no la estemos utilizando. Somos uno de los países a nivel mundial, que lo podemos utilizar de una manera rentable, tenemos vientos permanentes, y es impresionante la potencia eólica que tenemos. El 5 por ciento solamente de Chubut, generaría la misma energía que estamos utilizando ahora.

Hay países como Alemania que tiene un parque eólico del mismo volumen que nuestro parque eléctrico total, o sea, 25.000 MW…

Así es, lo he visto en Alemania. En los campos lo utilizan para la siembra y es muy interesante verlo. Es algo cultural, los alemanes están constantemente apostando a la utilización renovable, al cuidado del medioambiente. De hecho, hay descuentos impositivos importantes para la construcción de casas energéticamente sustentables.

Lo que nos falta sería una legislación acorde a lo que tenemos, y por supuesto, tenemos que “ponernos las pilas” para buscarle la vuelta a algunas cosas que no funcionan. Porque hoy vemos que el auto eléctrico es negocio, pero lo que falta es que hay una inercia de todos los combustibles fósiles, que cada uno de su lado lo está tratando de romper.

Toyota, por ejemplo, está largando autos híbridos al mercado, mitad eléctrico y mitad nafta, y tiene dos motores que conviven (a combustión interna y el eléctrico; uno de 100 caballos y otro de 80 caballos) todo fabricado en la Argentina.

Ahí hay un camino para empezar a avanzar. Brasil, por ejemplo, con la Fiat ya tiene su auto eléctrico, y hay una serie de estaciones de servicio que están reconvirtiéndose. Estamos hablando de algo real. Israel tiene un plan en el cual está asociada la Nissan-Renault, de tener todo su parque a eléctrico en cinco años.

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