En el marco del envío al Parlamento del documento oficial que contiene los nuevos lineamientos que el Gobierno pretende imponer en materia de medios de comunicación, el ex secretario de Comunicaciones del Gobierno de la Alianza, Enoch Aguiar, aseguró que tiene un visión centrada en Buenos Aires y que “los grandes ganadores serán las telefónicas”.


¿Cuál es su visión sobre los puntos contenidos en este proyecto?

En primero lugar, es bueno que se trate la Ley de Radiodifusión porque era necesario cambiarla. En segundo término, el proyecto oficial es bastante parecido al que había sido presentado hace unos meses por la Presidenta, tiene puntos buenos pero también puntos flojos que deberían ser mejorados. Uno de apuntes más serios, problema político por medio entre Clarín, es que, si bien el proyecto tiene la intención de eliminar la concentración excesiva, permite la entrada de las telefónicas en la radiodifusión, que son diez veces más grandes que Clarín. Si esta Ley se aprueba, se corre el riesgo de matar a todos los intermedios, cables medianos y chicos, que quedaron a fuera de fuego.

Con lo cual, el proyecto tiene que prestar atención, no a sus objetivos políticos de corto plazo, sino cuáles son sus efectos en la radiodifusión, y sobre todo en el interior del país. Es un proyecto pensado sólo para Capital.

¿Es tan así? ¿Es tan fuerte la diferencia con el Interior?

Según el proyecto, nadie puede tener más de diez licencias de radiodifusión. Supongamos que usted es una asociación civil que ayuda a comedores de las barriadas lejanas, y teniendo una pequeña radio FM de corto alcance ayuda a esa tarea de formar a la gente, de hacer programas participativos, etc. Si usted tiene diez y quiere tener una onceaba, no puede. Sería una pena.

Ahora, si usted tiene diez canales de televisión que cubren las diez principales ciudades del país, estaría en igualdad de condiciones, pero no es lo mismo diez billetes de dos pesos que diez de cien dólares. Entonces, hay muchos criterios cerrados, como dogmáticos, que podrían ir en contra de las legítimas aspiraciones de abrir la radiodifusión.

¿Esto podría corregirse con alguna cláusula?

El proyecto no es recién nacido, sigue la tradición de muchos que hemos presentado hasta la fecha.

En la época de De La Rúa hubo un proyecto…

Sí, pero no me gustaba mucho, por eso no participé. Sí redacté el proyecto que Alfonsín mandó al Congreso de la Nación en abril del `88, que presentaba una estructura, con una autoridad, con un consejo consultivo, con un defensor del público, al igual que el actual. Lo que me extraña es que no se haya puesto el derecho a réplica que es absolutamente necesario. Hay muchas cosas que pulir, y otras están en línea con lo que presentaron más de 70 Diputados o lo que ha hecho el Poder Ejecutivo.

Un ejemplo que tiene que ver con el interior: se habla en el proyecto actual de 40% de producción propia. ¿Sabemos cuánta producción propia pueden hacer canales de interior que apenas si tienen la publicidad de las empresas locales en zonas donde el 60% del empleo es público y casi no hay actividad privada? ¿No será una norma que tiene que ver más con Capital que con el interior? Se trabaja sobre obligaciones y no sobre incentivos, promoción, subsidios, y no se ve la necesidad de hacer acciones suplementarias para que pueda haber pequeñas producciones locales.

El proyecto de Ley que se presentó viene a reemplazar al de la Dictadura. Este es sobre servicios audiovisuales, es un concepto diferente, con la TV por cable como eje central…

El cable ya estaba como servicio complementario bajo la Ley. Lo que probablemente entre en la Ley, tal como está definido en comunicación audiovisual, es lo que se hace llamar la “webTV”. Es decir, un portal que haga televisión pero que no sea por frecuencia. Aparentemente entraría tal como está la definición.

¿Es necesario que el cable termine siendo regulado de la manera como está? Porque es una de las criticas de toda la oposición en este momento…

Hay algunas cosas con las que uno no estaría de acuerdo. Un cable es un tendido físico, no hay escasez. Puedo poner un cable igual que una empresa de celulares que tiende una red, quiero decir, todos los demás tienden esta red y no tienen ningún límite. Un cable no tiene por qué renovarse cada diez años, no tiene sentido poner renovación en algo que no tiene escasez.

El concepto de renovar es que no ocupen todo el lugar cuando hay pocos lugares. Ahora, si los lugares son infinitos no hace falta la renovación.

Si se dice que se van a dejar entrar a las telefónicas, ahí la comparación es imposible de sostener porque estas tienen sus redes a perpetuidad, para los próximos 50 años, ¿y los cables tendrían que ser desenterrados a los 20 años porque no podrían tener prorrogas? Es un disparate.

En relación a las redes que tienen las telefónicas, suponiendo que el proyecto se apruebe como está y el mercado se adecue a lo que la Ley diga, las telefónicas están en condiciones técnicas de transmitir televisión por sus redes?

Lo que tienen las telefónicas es el tendido hecho, con el servicio público de ENTEL primero, y lo que hemos pagado todos después. Esas redes no están mediatamente listas para dar televisión, pero si usted es una empresa de cable que tiene que empezar desde cero, realizar el tendido y para llegar a un usuario tiene que gastar 100. Si ya tiene el tendido, las centrales, el personal para hacer el up-grade para dar televisión, tiene que gastar 20.

Dado que las empresas telefónicas están haciendo 3.500 millones de dólares promedio de ingresos por año; un tercio de esto es plata libre que les queda para disponer, lo que da 1000 millones de dólares por año cada una, es casi lo que cobra todo el cable en todo el país. Es decir, lo que a uno le sobra el negocio global del otro. Si las telefónicas deciden aplastar a todo el resto, es cuestión de decisión.

El tema de precios, y la posibilidad de que haya mayor competencia, ¿no va a ser positivo considerando que los cables tienen tarifas bastante elevadas?

Va a haber algún nivel de competencia superior, pero todo lo que tiene que ver con precios hay que verlo en el corto y en el largo plazo. Por ejemplo, si soy una telefónica y vengo a pelear contra un cablero, primero voy a poner un precio más bajo porque me sobra resto para bajarlo, sin importar ir al costo o por debajo del costo. Apenas aparece mi competidor, quedo solo en la plaza y lo subo, entonces lo que importa no es si en el corto plazo suben y bajan los precios, sino si en el largo plazo se mantienen siempre en condiciones de competencia para que ni el cable ni el otro, sientan que si se abusan un poco del usuario entra otro y les arrebata ese margen. Lo importante es genera la máximas condiciones de competencia y en el corto y largo plazo así nadie esté seguro.

Esta semana se presentó el proyecto de Ley, pero las dos anteriores hubo varias novedades vinculadas a las telecomunicaciones: la resolución de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia con respecto a Telecom; la Corte Suprema que dictaminó su fallo en relación a la fusión de Cablevisión y Multicanal; la decisión del Poder Ejecutivo con respecto a la TV digital. ¿Es casual todo esto?

Me parece que la intención del Gobierno es que la Ley de Radiodifusión vaya junto con el tema de Telecom. Hoy se le está diciendo a Telecom Italia: como usted tiene de socio a Telefónica, ésta no puede estar en Telefónica de Argentina y en Telecom de Argentina. Ahora, si se debaten las comitales, tienen que venderle a alguien. Ese alguien va a tener que ser aprobado por el Poder Ejecutivo. Simplemente hay una coincidencia, ustedes sacarán sus conclusiones. En el momento que digo “voy a darles la posibilidad a las telefónicas de hacer radiodifusión”, voy a nombrar en breve a alguien que entre a Telecom.

Preferiría despejar toda duda y sospecha diciendo “no, las telefónicas no pueden entrar en las radiodifusión hasta tanto en las propias telecomunicaciones haya mucho más nivel de competencia”.


Fuente foto: Revista Algo en Común

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