Tras la publicación de los datos sobre el impacto del uso de telefonía móvil en la conducción de los automovilistas españoles, Gustavo Brambatti, responsable de seguridad vial del CESVI, comparó la realidad ibérica con el panorama local. Además, habló de las multas del nuevo código de tránsito bonaerense: “No sirve aumentarlas, hay que controlar más”, señaló.

En España se aplica un sistema de scoring similar al nuestro y, esta semana, se han dado a conocer las estadísticas parciales. El uso del celular es la primera causa del descuento por puntos. Acá se hizo mayor hincapié en el tema de la alcoholemia y el uso del cinturón de seguridad. ¿Qué pasa en Argentina con el uso del celular?

A la gente le cuesta entender cuál es a incidencia del celular al momento de conducir.

Justamente, hace unos días atrás, hicimos una prueba frente a un grupo de periodistas, en donde se testeó cómo sorteaban conos mientras el conductor mantenía una conversación telefónica en donde se le hacían preguntas de todo tipo. Y, prácticamente, perdía la noción de lo que estaba pasando en la ruta.

Muchos aducen que es lo mismo que ir conversando con un acompañante. ¿Hay diferencia?

Sí, hay una diferencia importante, porque el acompañante va viviendo la misma situación de tránsito que vive el conductor. Sí genera una distracción hablar dentro del habitáculo, pero el celular tiene la particularidad de que hay una persona que está fuera del vehículo y que no vive la situación que está pasando el conductor.

¿Hay alguna diferenciación entre agarrar el celular mientras se maneja y la utilización del manos libres?

Desde la óptica psicológica, es lo mismo que el uso habitual del celular. Además, se da una situación de distracción por querer saber quien nos está llamando, y ahí uno desvía la vista tres ó cuatro veces.

Hablando en velocidad, esos tres segundos significan 60 metros mirando el celular y no mirando el camino.

¿La mayor incidencia, en el plano general de las multas, cuál es?

Eso depende de la atención que ponga el organismo de control. En una época, en la Ciudad de Buenos Aires la multa más frecuente tenia que ver con el mal estacionamiento. Uno sabe que no es la falta más común, pero durante mucho tiempo se le puso foco al estacionamiento respecto de otras infracciones.

No hay campañas integrales de seguridad vial, siempre se focaliza sobre un punto y se dejan otros de lado…

Eso es un poco lo que reclamamos desde el CESVI, que las campañas se sostengan en el tiempo, al igual que los controles, para que sean realmente efectivas. Para que tengan fuerza se tienen que implementar a nivel país, y no locales, porque pierden fortaleza.

¿Cuál es su visión sobre el aumento de las multas que se dieron en la provincia de Buenos Aires con la implementación del nuevo código, que en algunos casos llegan a los 3.200 pesos?

Nos gustaría que existan más controles. Nos parece que ahí está el valor distintivo. El intento de subir las multas para lograr un efecto disuasivo no creo que termine generando un buen resultado.

Al principio la gente le presta atención, pero cuando luego ve que los controles son tan flacos y que ciertos lugares son tierra de nadie, esto empieza a perder efectividad.

Si está bien controlando, como funciona en el resto del mundo, la cosa funciona. El valor de las tarifas de las multas es una cuestión secundaria.

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