La Legislatura porteña prevé debatir esta semana una reforma al Código de Faltas porteño que propone un aumento generalizado de las multas de tránsito, que ya no tendrán montos mínimos y máximos, sino un valor fijo. Una de las subas con más impacto es la multa por hablar con el celular en el auto. El representante de Luchemos por la Vida, Axel Del´Olio, sugirió que sólo incitará el negocio de las coimas, y sostuvo que esta situación se combate con educación, concientización y control del Estado.

A través de un comunicado, Ustedes se preguntan si es útil esta medida…

Para ser sincero, en esto uno trata de ver como espejos lugares en donde hayan funcionado sistemas similares, y en ninguno de los casos se solucionaron aplicando tremendas multas. Al contrario, esto potenciaría la corrupción. No digo que toda la policía es corrupta, pero en todos los estamentos hay corrupción.

Me parece que lo único que se logra en poner precios siderales a las multas es aumentar los precios de las coimas en mucho de los casos.

¿Entonces proponen que no haya multas?

No, multas tienen que haber. Como en toda sociedad civilizada, cuando uno no cumple un conjunto de normas, tiene una sanción por ello.

En la Argentina, si dejás pasar una cantidad de años, la multa caduca, con lo cual tampoco cumple con la función que tiene que cumplir.

La multa tiene que ser económica o no económica, pero tiene que ser efectiva. Lo importante de una multa es que sea efectiva, no carísima.

Si yo establezco que para cancelar una multa tenés que ir a tres lugares distintos, la gente va a pensarlo dos veces, antes de estacionar mal el auto. Con esto estaríamos modificando la actitud de una persona que no hace las cosas bien.

Hablar por celular y manejar va a costar 360 pesos, cuando antes valía 100 pesos. ¿Considera importante esta medida teniendo en cuenta que es una de las principales causas de accidentes?

Sí sería importante que se controlara. Ahora, cuántas personas hablan por celular, cuántas no ponen el giro al doblar, cuántas estacionan en cualquier lado, cuántos camiones descargan a cualquier hora y en cualquier lado en el microcentro; si no tenemos alguien que controle todo esto, tampoco tiene ningún sentido la multa.

Tiene que haber control y una sanción. En Argentina podes hacer lo que quieras, podes cruzar semáforos en rojo, cruzar en contramano, y en ningún tramo hay policías.

Usted plantea una descripción cruda de lo que ocurre, pero es necesario actuar sobre la realidad. Hay distintas responsabilidades. Ustedes consideran que incrementar las multas incrementaría la coima, entonces, ¿con qué visión de conjunto habría que encarar este tipo de problemas?

Honestamente, decimos que esto camina por tres carriles: en primer lugar, el tema educativo, hace 23 años que existe una materia de Ley Vial y debería ser curricular en todos los colegios del territorio nacional. Es un reclamo que venimos haciendo desde hace varios años.

Por otro lado, es el tema la concientización. Cuando uno va a cruzar la calle, lo hace mal. Y el otro punto central es el Estado, que debería implementar un sistema de controles y de sanción eficiente y efectivo. Sin esto no se va a poder modificar nada.

Si quisiéramos seguir hilando fino, podríamos hablar del registro único de antecedentes de tránsito, de la licencia única de conducir sólo para Capital. Nos parece poco ético.

Hay un montón de circunstancias en las que se puede actuar.

En el caso de las multas, creo que hay que guardar cierta coherencia. No le podés decir a los automovilistas que le vas a aplicar una multa de 360 pesos por hablar por celular, y a los taxistas les das una probation, como la que salió la semana pasada.

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